viernes, 15 de abril de 2011

Mourinho y Guardiola, dos caras de la misma moneda

Por primera vez en la historia del fútbol español, las estrellas de los clubes más importantes del mundo no son jugadores sino sus respectivos entrenadores, José Mourinho en el Real Madrid y Pep Guardiola en FB Barcelona.

Ambos técnicos se muestran con distinta forma pero mismo contenido. Simbolizan el yin y el yang,  dos polaridades dinámicas y complementarias, dos fuerzas aparentemente opuestas que se necesitan y equilibran.

Personalidades antagónicas pero con numerosas semejanzas dentro y fuera del terreno de juego: Líderes, ambiciosos, con mentalidad ganadora, triunfadores, influyentes, carismáticos, talentosos, cultos, seguros de sí mismos y elegantes.
Uno y otro conocen lo que es ganar títulos y son presentados a menudo como los más codiciados del mercado, siempre en la agenda de otros ''grandes'' que aguardan en la cola del relevo.

Es en su imagen pública donde la diferencia es más evidente. El técnico luso acostumbra a acumular polémicas, en ocasiones, por su aparente carácter arrogante y provocador, mientras que el entrenador del Barça se muestra diplomático, educado y casi ejemplar en sus manifestaciones.



La ficticia falta de modestia de Mourinho le hace tener admiradores  y detractores por partes iguales.  Controvertido, innovador y con maneras anti protocolarias, origina que sea encasillado y su simple presencia encante a unos y desagrade a otros. A él poco le importa porque siempre se muestra auténtico y sincero y, en el fondo, obtiene su objetivo que viene a ser liberar de presión a sus propios futbolistas.
Realmente se trata de un hombre tradicional, familiar, religioso y con principios que se preocupa e involucra con sus jugadores tanto a nivel personal como profesional.  También es solidario y ha participado oficialmente en varias iniciativas sociales. En la cancha, le gusta que su equipo juegue rápido al contraataque y avanzando desde atrás, mirando siempre a la portería. 

En cambio, Guardiola se exterioriza ante los medios como abierto, pacificador, moderado y amable. Es un tipo calmado que medita cada declaración ante la prensa, respondiendo lo correcto, lo que a cada uno le gusta escuchar. Proclama que le gusta ceder el protagonismo a sus jugadores, aunque después, él siempre acaba siendo el centro de la noticia.
Es un coach motivador de la mente que sabe aprovechar el talento y personalidad de sus futbolistas. También es estable y familiar, el chico bueno que toda madre quisiera como yerno.
En lo deportivo, le gusta más realizar el juego al toque, más lateral y con dominio del balón.

Continuamente se comparan y  la creencia popular es que son totalmente opuestos pero es esa diferencia la que más les asemeja y acerca. Son dos actores que buscan el mismo resultado, estar en lo más alto de este circo mediático.
Juntos forman las dos caras de la misma moneda.

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