jueves, 28 de abril de 2011

Expulsión de Pepe, ¿fue justa?

Un club invierte mucho dinero en traer al mejor entrenador del mundo y los jugadores más reconocidos, se preparan magistralmente porque quieren rendir al más alto nivel y ganar el mayor número de títulos pero, cuando están a punto de llegar a la meta, un árbitro puede concluir con toda su ilusión y esfuerzo.
La pregunta clave, que también hizo Jose Mourinho, es: ¿Por qué?
El árbitro alemán, Wolfgang Stark, enseñó la tarjeta roja a Pepe tras una patada a Dani Alves, en la segunda mitad de la semifinal de Champions League entre Real Madrid y Barcelona, y su sentencia condicionó el encuentro, además, en esta misma acción, expulsó a Mourinho por aplaudir con ironía su decisión.

Lo que el madridismo le echa en cara al colegiado alemán es que no ocultaba su devoción por Leo Messi, ya que siempre ha pronunciado públicamente su admiración por el argentino.
En el mes de junio del pasado año, antes de arbitrar el Argentina-Nigeria (1-0) del Mundial de Sudáfrica, Stark manifestó que Messi  "es uno de los mejores jugadores del mundo, hay muy pocos como él. Es un placer verlo jugar". Además, no tuvo reparos al expresar: "Me gustaría que Messi me diera su camiseta. Aunque tendría que ser en el vestuario porque si no debería sacarle una amarilla. Pero creo que varios nigerianos van a estar interesados en tener su camiseta".
La tarjeta roja a Pepe fue excesiva, un razonamiento ponderado del reglamento del alemán, pero también hay que comentar que, hasta entonces, el dominio del Barcelona había sido absoluto en el Bernabéu, Mourinho sacó un equipo totalmente defensivo y poco arriesgado para hacer el cambio en el último momento, intentar meter un gol y salvarse por la mínima. Está claro que los blancos tienen todo el derecho a quejarse por el arbitraje pero la estadística muestra datos bochornosos. El Barcelona alcanzó el 71% de la posesión y el Real Madrid el 29%. Aunque cualquier jugada desequilibrante de las estrellas galácticas podría haber terminado en victoria, si hubiera existido igualdad numérica.
Resulta difícil pronosticar qué hubiera pasado si, dicho colegiado, no hubiera expulsado al titánico Pepe, el futbolista que mejor ha sabido frenar a Messi. Lo que está claro es que, con la salida de la cancha del portugués, Messi pudo moverse por el terreno de juego a sus anchas y marcar los dos goles de la victoria.
Desde luego, lo que nunca hay que hacer es dejar que la pasión por un jugador o equipo nuble tu capacidad de decisión y tu trabajo se convierta en un asunto personal.

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